La industria del cannabis, a pesar de su imagen progresista y alternativa, también está marcada por desigualdades de género. No basta con legalizar la planta: es necesario transformar la cultura que la rodea. ¿Cómo avanza la equidad de género en este sector? ¿Qué barreras persisten y qué caminos están abriendo las mujeres y disidencias?
El mito de la “industria inclusiva”
Con el auge de la legalización y la profesionalización del cannabis, surgió el mito de que esta industria sería “naturalmente igualitaria”. Se hablaba de oportunidades para todxs, pero la realidad mostró otra cara: la mayoría de los cargos directivos, las inversiones y las decisiones siguen en manos de hombres cis, blancos y privilegiados.
Esto demuestra que la equidad no se da sola. Es preciso construirla intencionalmente.
¿Qué significa equidad de género en el sector canábico?
La equidad de género va más allá de tener “mujeres en el equipo”. Implica:
- Reconocer y reparar desigualdades históricas causadas por el prohibicionismo, que afectó desproporcionadamente a mujeres —especialmente negras, pobres y madres.
- Garantizar un acceso real a recursos: tierra, capital, formación y seguridad jurídica.
- Escuchar e incluir saberes femeninos, populares y ancestrales en el debate sobre salud, autocuidado y espiritualidad canábica.
- Promover entornos laborales seguros y libres de acoso en empresas, clubes y organizaciones.
Desafíos que aún enfrentamos
La lucha por la equidad enfrenta obstáculos concretos:
- Invisibilización de liderazgos femeninos.
- Estigmatización de madres y cuidadoras usuarias de la planta.
- Falta de políticas públicas con perspectiva de género.
- Discriminación interseccional: mujeres trans, indígenas, negras y migrantes enfrentan múltiples barreras al mismo tiempo.
Además, el marketing cannábico muchas veces sigue reforzando estereotipos sexistas, sexualizando el cuerpo femenino o borrando su presencia como especialistas.
Avances que nos inspiran
A pesar de los desafíos, hay avances significativos. Redes de mujeres canábicas se están formando en toda América Latina y Europa, promoviendo:
- Eventos y ferias con enfoque feminista.
- Capacitaciones y talleres accesibles, con un lenguaje no técnico.
- Apoyo jurídico y psicológico a mujeres perseguidas por el prohibicionismo.
- Plataformas de medios y contenidos que visibilizan voces diversas.
Estas iniciativas no solo fortalecen la presencia femenina, sino que también transforman la lógica del sector, promoviendo inclusión con justicia social.
Conclusión: no hay cannabis justo sin equidad de género
La equidad de género en el mundo canábico no es un adorno, es una condición para que el sector sea verdaderamente transformador. No basta con abrir el mercado — es necesario abrir caminos para todas, con políticas, reparaciones y escucha activa.
Porque un futuro canábico justo, plural y sanador solo será posible con la equidad en el centro.